La pandemia de COVID-19 ha puesto de relieve la importancia de la rendición de cuentas y la necesidad de información regular y confiable de nuestras instituciones públicas y nuestros líderes.
Las personas de todos los países afectados necesitan saber la verdad sobre la propagación de la enfermedad tanto a nivel local como internacional para responder de manera efectiva y ayudar a proteger a sus comunidades.
La equidad, la transparencia y la cooperación son vitales y nunca más que durante una pandemia.
Para ello, más de 50 organizaciones internacionales, entre ellas la PDLI, han hecho un llamamiento a todas las autoridades e instituciones públicas para que protejan a quienes denuncian o exponen los daños, abusos y delitos graves que surgen durante este período de crisis causado por la pandemia de COVID19.
Cuando las decisiones se toman en condiciones de emergencia, a menudo lejos del escrutinio democrático, los ‘whistleblowers’ (alertadores/informadores) pueden desempeñar un papel vital de alerta temprana
Según las organizaciones firmantes destacan la importancia de la transparencia en un contexto de poderes extraordinarios en manos de los gobiernos y de toma de decisiones en situaciones de emergencia.
En esta situación, las revelaciones de los ‘whistleblowers’ (alertadores/informadores) son “una herramienta poderosa para luchar y prevenir acciones que socavan el interés público”
Extracto de la declaración conjunta
La notificación adecuada del riesgo al público y a los trabajadores, la conducta justa y responsable de todas las instituciones y la recopilación transparente de datos son fundamentales para la confianza del público en nuestra capacidad para superar esta crisis.
Esto es aún más importante cuando las protecciones normalmente proporcionadas por los pilares democráticos fundamentales de nuestras sociedades se reducen o se eluden. Los parlamentos y las asambleas democráticas se están suspendiendo en muchos países. El uso de poderes extraordinarios por parte de los gobiernos sin una adecuada supervisión pública y transparencia crea un riesgo tangible de extralimitación y posible mal uso.
Cuando las decisiones se toman en condiciones de emergencia, a menudo lejos del escrutinio democrático, los ‘whistleblowers’ (alertadores/informadores) pueden desempeñar un papel vital de alerta temprana. Son el mecanismo correctivo a prueba de fallas en cualquier sociedad, especialmente en una crisis de salud internacional cuando el derecho del público a saber puede tener implicaciones de vida o muerte.
Durante esta pandemia ya hemos sido testigos de abusos. En varios momentos, los derechos fundamentales de libertad de expresión y acceso a la información han sido restringidos. El costo de estas acciones lo asumen con mayor severidad los miembros más vulnerables de nuestras comunidades: ancianos, pobres, inmigrantes y refugiados, comunidades LGBTQ, prisioneros, multitudes de trabajadores precarios y trabajadores de primera línea en la crisis.
La denuncia de irregularidades ha demostrado ser una herramienta poderosa para luchar y prevenir acciones que socavan el interés público.
Nuestras organizaciones hacen un llamamiento a todas las autoridades públicas e instituciones corporativas para proteger a quienes exponen daños, abusos y faltas graves durante la crisis de COVID-19 y más allá.
Sus revelaciones, así como las de todos los ciudadanos, son vitales para prevenir grandes desastres y reducir los impactos de la crisis en todos nosotros, especialmente en los miembros más vulnerables de la sociedad y nuestros sistemas democráticos.
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